Jueves 30 de octubre de 2008: Apenas comenzamos a pintar...
El jueves muy temprano comenzamos a pintar el mural para el Concurso de murales y ofrendas de nuestra escuela (la Escuela de Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes). Como buenos mexicanos apenas el miercoles por la tarde nos medio pusimos de acuerdo para pintar y el mismo miercoles comencé a trazar las distintas calaveras que integrarían el mural.
José Luis, Ahui (yo), David y el "George" en la tarde del jueves 30 de octubre. Nos agarraron las prisas.
Yo estaba ansioso por comenzar a pintar pues el año anterior a nuestro turno nos había tocado poner la ofrenda y al turno de vespertino le había tocado pintar el mural. Para mi era muy importante pues el próximo año volvería a involucrarme con la ofrenda y otros pintarían el mural. Lo cierto es que mientras otros talleres ya habían comenzado a pintar sus murales desde el lunes anterior, nosotros el miercoles al medio día aún no teníamos claro que y quienes pintarían el mural. La verdad fue muy dificil organizarnos pues había varias propuestas, unas muy serías, otras muy prehispánicas y la mía que era más bien como de caricaturas. Al final con la desesperación de ver que el tiempo se nos venía encima, terminamos haciendo un Frankenstein que si bien no nos satisfacía por completo, al menos tendría un cachito de cada una de nuestras propuestas. Aunque claro, nadie se imaginaba como iba a ir cambiando el pobre mural con cada hora que pasaba.
Jose Luis, quien es un excelente calígrafo poniendo los nombres de cada uno de los talleres.
La idea de nuestro compañero José Luis mostraba al Dios mexica Mictlantecuhtli en el centro del mural, a Sor Juana cuestionando nuestras acciones y algunas escenas de la Conquista. Por otro lado, mi idea era poner algunas calaveras, dos o tres de cada taller trabajando en los talleres que tenemos en la escuela, calaveras sin ninguna personalidad definida, con el simple objetivo de mostrar a los visitantes los distintos talleres que integran toda la comunidad de nuestra escuela.
El "George" poniendole feeling al mural, en este caso personalizando la calaca de la señora de los dulces.
Lo que nunca adivinamos, aunque creo que era algo que era obvio pasaría, es que durante el transcurso del día jueves mientras pintabamos el mural, muchas personas se fueron acercando a ver las calaveras y poco a poco les fueron encontrando parecido con alumnos y maestros de la escuela, fueron tantas las personas que nos lo dijeron durante el transcurso del jueves, que al final el mural terminó siendo una caricatura de nuestra escuela, donde podíamos ver a los personajes más representativos de cada taller, maestros de las materias teóricas, algunas calaveras del personal administrativo y el personal de intendencia.
Aquí sorprendido por mi amiga Aidee mientras retocaba a las calaveras de metales.
La mañana del jueves se fue como agua, cuando nos dimos cuenta el turno matutino se terminó y al poco tiempo comenzaron a llegar los alumnos y maestros del turno vespertino. Durante la tarde tuve la agradable visita de mi amiga Aidee Balderas a quien le diseñamos los discos de huapango del Trío Colatlán, quien tomó varias de las fotos de este post.
Aquí junto con el "George" en el complicado arte de mezclar colores. Así seguimos pintando hasta que nos quedamos sin luz. Estabamos a punto de retirarnos aún sin haber terminado el mural, cuando nuestro compañero Paco, junto con uno de nuestros compañeros de joyería nos consiguió una lámpara que hizo funcionar mediante la unión de varias extensiones para que pudiéramos seguir pintando.
Paco asegurandose de que tuvieramos luz para seguir pintando. David mezclando colores.
Así ya contando con luz, pudimos seguir pintando el mural. Poco a poco todas las calaveras fueron encontrando su personalidad, incluso varios compañeros del turno de la tarde nos sugirieron quienes podían ser algunas calaveras. Al final del día y contra todas las expectativas casí teníamos terminado nuestro mural. Nada mal para haber comenzado a trazar el miercoles y el mismo jueves por la mañana haber comenzado a pintar.
David cerrando los botes de pintura. Ya todos estabamos hambrientos y cansados.
El mural se logro terminar con la participación de los compañeros Jose Luis (de 1er. semestre), Jorge (de servicio social), David (de quinto semestre) , Angeles (gracias flaquita) y con algunas aportaciones de Paco (que también nos trajo la luz) y de nuestra agripada compañera Sandra de primero. No puedo dejar de mencionar el apoyo de los maestros Rutilio y Francisco quienes en todo momento estuvieron al pendiente por si necesitabamos más material o cualquier otra cosa.
Antes de regresar a casa no desaproveche la oportunidad de tomarme una foto con el mural de fondo.
Ya solo nos quedaba a la mañana siguiente arreglar algunos detalles y por la tarde esperar el recorrido de los jueces por todos los murales y ofrendas para saber el veredicto sobre nuestro trabajo.
Yolanda (Esmaltes) y David al terminar el día.
Al final cansados y hambrientos nos dirigimos a nuestras casas, pero estabamos contentos, teníamos un mural que representaba a nuestra comunidad, en el que habíamos participado varios compañeros del taller y en el cual nos habíamos divertido horrores pintandolo. Además nos sentíamos agradecidos de todo el apoyo y buenos deseos de muchos de nuestros compañeros y maestros de otros talleres quienes en todo momento nos alentaba y felicitaban. Muchas gracias a todos.